Cada avance que ofrece la tecnología de la información y las comunicaciones conlleva nuevos retos, tanto para los usuarios como para las organizaciones e incluso hasta los sectores más estratégicos de una nación.
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Descubre cómo combatir virus, trolls y bots
En los últimos años esta revolución ha sido capaz de acortar las distancias y triplicar la velocidad de las operaciones, dando respuesta a los nuevos retos de la sociedad en el siglo XXI.
Pero con el desarrollo tecnológico también surgen nuevos problemas sobre todo aquellos que atentan contra la seguridad e integridad de los usuarios que frecuentemente utilizan los dispositivos electrónicos para acceder a páginas webs, aplicaciones u otros instrumentos.
Incluso especialistas en seguridad han acuñado el término “acoso informático” a aquellos actos perpetrados por individuos u organizaciones dirigidos a vulnerar la identidad e intimidad de los usuarios en internet, incluyendo en las redes sociales.
Cuando entras a una página o te afilias en algún servicio, tiendes a proveer tus datos personales, lo que te hace sensible a ataques de virus, trolls y bots, que generan regularmente angustia, estrés y en muchos casos estados de depresión agudo que han provocado hasta el suicidio, sobre todo en jóvenes.
En un mundo conectado por los cuatro puntos cardinales, es inevitable ser víctima de estos nuevas epidemias que ya son temas de debate entre los científicos sociales quienes están comenzando a analizar el impacto psicológico y emocional de estos delitos 2.0 en la sociedad moderna.
Virus, bots y trolls: qué son y cómo trabajan
Desde la llegada del correo electrónico pasando por los primeros servicios de chat y más actualmente la euforia de las redes sociales, los usuarios se han visto vulnerados por personas capaces de sembrar molestia y hasta caos en el mundo cibernético.
Una de las manifestaciones más comunes son los trolls, un fenómeno exclusivo de las redes sociales cuyo fin es bombardear cualquier espacio que se le permita para crear polémica, confusión e irritabilidad.
Básicamente su modus operandi es enviar mensajes que provoquen discusión entre los usuarios y hacer que se enfrenten entre ellos para divertirse con la situación.
Los recursos más frecuentes de un troll son los insultos, las ofensas y las groserías, pero sobre todo su capacidad de generar credibilidad en lo que dice hasta el punto de llevar una opinión o comentario a la palestra y hacer que un grupo de usuarios la considere como cierta.
Así podrás encontrarte con trolls que se dedican a criticar cualquier comentario en las redes, a insultar, a burlarse de los demás, a generar el caos comentando cosas fuera de la tónica de una conversación, a aquellos que se dedican a atacar constantemente a una persona o institución o simplemente defienden una postura ideológica absurda y socialmente censurable.
Con la evolución de internet también llegaron nuevos softwares creados para simplificar la navegación; uno de ellos son los bots, programas diseñados para realizar trabajos repetitivos a través de cualquier plataforma de la misma manera que la hiciera un humano.
Los bots fueron creados con la intención positiva de mejorar procesos como los de búsqueda de información (Google o Yahoo), páginas gestoras de redes sociales que publican automáticamente mensajes sin la necesidad de que lo haga una persona o los famosos chatbots, que son capaces de mantener la conversación con una persona y realizar lo que se le indica.
Por otro lado la inteligencia artificial que componen los bots puede ser utilizada para transgredir la privacidad de los usuarios y hasta violar su seguridad vulnerando contraseñas y logrando entrar a perfiles con usuarios para ejecutar actos censurables y hasta estafa.
Entre los mecanismos más comunes de bots negativos están los conocidos ataques de denegación de servicio, los spam bots, que son los llamados correos basura que entran a la bandeja de correos sin autorización del usuario o los bots de fuerza bruta, que pasan todo el día tratando de adivinar todas las combinaciones existente de una contraseña para vulnerar la privacidad y efectuar estafas; casi siempre de índole financiero.
Por último están los virus, unos programas que tienen la capacidad de infectar los archivos de un ordenador con el fin de modificar su estructura o simplemente dañarlos. El procedimiento de los virus consiste en incrustarse dentro del interior de un computador para esparcir su virus, tal cual como los virus humanos.
Estos softwares se propagan por todo el sistema y algunos como los llamados gusanos llegan a realizar daños importantes incluso a inutilizar la máquina y su disco duro.
Los principales canales por donde puede ingresar un virus son a través de redes sociales, páginas web dudosas, archivos de descarga, dispositivos móviles, correos spam o sitios web legales pero con alto grado de infección.
Cómo evitar ser víctima de los mercenarios informáticos
Al igual que los usuarios, quienes perpetran esos delitos informáticos son personas con conocimientos y capacidades para lograr desestabilizar el equilibrio de cualquier usuario y hasta organización.
Aunque casi siempre en algún momento hemos sido víctima de piratas o trolls, lo importante es tomar precauciones y así evitar un mal momento que nos produzca un estrés innecesario y hasta la pérdida de dinero.
En cuanto a los trolls especialistas en seguridad informática y hasta terapeutas, recomiendan vehementemente revisar todo lo que publicamos, qué tipo de palabras usamos y si tiene alguna connotación que pueda vulnerar la empatía con los demás usuarios.
En algunos países se han creado incluso hasta ONGs dedicadas a combatir los mensajes ofensivos de estos sujetos incluso diseñando robots que rastrean patrones de comportamientos en las redes sociales que pudieran levantar sospecha de alguna conducta hostil.
En cuanto a los virus, existen muchos consejos que tomar en cuenta para disminuir este tipo de amenaza como mantener todos los softwares del ordenador actualizado, utilizar un buen software antivirus, navegar solo por sitios oficiales y denunciar en caso de algún comportamiento hostil.
Por otro lado es primordial evitar actualizar sugerencias de softwares que no conozcamos, desestimar ofertas de programas de antivirus o hacer cualquier transacción de compra que no ofrezca un soporte sólido.